Una carta para la eternidad




Una carta para la eternidad.


Caminé sin rumbo durante toda la noche, por calles oscuras y desiertas, donde el murmullo de las familias se escapaba por las ventanas, los escuchaba discutir, otros celebrar y en alguna ocasión, los escuchaba jadear fogosamente. Me acordé de ti. De nuestras discusiones tontas. De lo bien que sabías hacerme reír, y llorar. De como tus piernas sujetaban mi cintura, dejándome si aire y sin fuerzas.

Discurrí por parques, donde los enamorados se besaban entre risas, se leían poemas y bebían a escondidas. Aún bebo aquel whisky barato que tanto te gustaba, me sabe a ti, a tus labios.

Junto al puerto donde paseábamos, vi una pequeña barca bajo la tenue luz de un farol, parecía vacía, pero veía el movimiento del agua creando hondas a su alrededor, el sonido de una respiración excitada, el murmullo de un “te amo” que flotaba en el aire.

Sin saber por qué acabe junto a nuestro árbol, donde acaricie con cariño tus iniciales, y las mías, esas hendiduras que  perdurarán cientos de años. Como decíamos que duraría nuestro amor. En mi cabeza escuché aquella canción que me susurrabas al oído mientras bailábamos como dos locos, pegados tu corazón y al mío.

Hace meses que no paso por la puerta de tu casa. No tengo valor. Me tiemblan las piernas solo de pensarlo. Mi cabeza de vueltas y mis pulmones se paralizan.

Por que tuvo que separamos el destino, cuando aún eras tan joven, cuando teníamos toda una vida por delante. Por qué aquel borracho tuvo que subirse a su coche. ¡¿Por qué?!.

No sé si algún día amare a otra mujer, temo que ese momento llegué, que algún día pueda ser feliz sin ti.

Por eso escribo estas líneas. Por eso bebo este whisky. Por eso escuchó esta canción. Para que mi mente no te pierda entre mis nuevos recuerdos. Para que cuando estemos juntos de nuevo, la leas junto a mí. Que me susurres te amo al oído y que juntos vivamos la más apasionante de las eternidades.

 

Comentarios